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La empresa GéGé fue fundada por Germain Giroud en 1933 en la localidad francesa de Moingt. Antes de la guerra se especializó en muñecas de salón, de las que llegó a poner a la venta más de mil variedades hasta el final de la década de los sesenta. Tras el conflicto, GéGé se especializó en las nuevas tecnologías industriales de inyección de materiales plásticos y su gama se diversificó para incluir desde juguetes educativos a sofisticados coches mecánicos. Estos últimos, para cuyo diseño se implementaron técnicas innovadoras, llegaron a ser conocidos en todo el mundo. El éxito acompañó a la compañía GéGé, la empresa más grande de juguetes de Francia en 1960 con mil empleados, hasta su cierre en 1979.
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En lo tocante a la producción de coches a gran escala, GèGè aplicó tecnologías muy sofisticadas e inéditas en Europa. Los había de todos tipos: a fricción, a cuerda o teledirigidos a pilas, siendo estos últimos los más espectaculares por incorporar luces en los faros y en su interior. Numerosas patentes de GéGé fueron utilizadas en toda Europa.
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GéGé lanzó en 1956 una colección de coches a la escala 1/43 dotados de motor a fricción. Los pequeños modelos aspiraban a tener un nivel de detalle tan alto como las grandes miniaturas de GèGè a la escala 1/20. La gran marca francesa pretendía desbancar a la competencia que fabricaba sus modelos en metal (J.R.D., C.I.J., Dinky Toys...) mediante modelos superiores a sus equivalentes en plástico (Norev, Minialuxe...)
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La carrocería era de plástico rígido y la base de chapa. Contaban con cristales, asientos delanteros, volante, llantas en metal cromado, neumáticos de caucho y, sobre todo, numerosas piezas en plástico para representar calandras, parachoques, faros en dos piezas o, en algunos modelos, intermitentes traseros. También abuntaban en detalles pintados y todos tenían pegatinas para la matrícula. La lujosa presentación de estas miniaturas y su alto nivel de acabado, espectacular para los estándares de la época, fueron la causa de un precio de venta alto que no podía competir con las miniaturas en plástico de la recién fundada marca Norev. Con el tiempo fueron comprobándose los defectos de estas miniaturas. El plástico de las carrocerías tendía a deformarse y las piezas independientes a perder su cromado. Su relativa fragilidad, teniendo en cuenta que eran pequeños juguetes de fricción destinados a un uso intenso, hacen que hoy en día queden pocas unidades intactas.
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El lujoso embalaje contenía los bajos montados, con el motor a fricción, los asientos delanteros y la columna de dirección a la vista, así como la carrocería. Las dos partes se unían usando el destornillador contenido en el conjunto.
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Lujoso cofre con carrocerías intercambiables, sin ventanas, basado en el Renault Fregate.
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Ciertos modelos de la colección estuvieron disponibles también en versiones simplificadas sin motor ni ventanas.
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Como en su equivalente comercializado por GéGé a la escala 1/20, una nervadura cromada recorría el capó del 203, un detalle inédito en la escala 1/43.
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El complejo diseño del DS19 obligó a GéGé a diseñar el capó (no articulado) y el techo como piezas separadas.
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De los numerosos 403 que existieron en su época, el de GéGé es el más completo e incluía incluso techo practicable.
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El Frégate de GéGé representaba a la segunad versión del modelo real, con calandra ovalada en lugar de barras horizontales.
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Una impresionante berlina fabricada por Ford SAF representaba al Vendome de 1953.
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Llama la atención su diseño en dos tonos y los marcos de las ventanas pintados en color plata.
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GéGé puso a la venta un circuito eléctrico dedicado al Rally Montecarlo que contenía cuatro vehículos: dos de carreras a la escala 1/32 y otros dos que provenían de la serie normal a escala 1/43: Citroën DS19 y Simca Ariane.
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Los modelos tenían el tamaño adecuado para incorporar un motor en su interior. En los bajos estaban atornilladas las tomas de corriente en cobre.
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En las variantes Montecarlo no había detalles cromados, a diferencia del que adornaba los modelos de serie.
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